Mientras ella se apoyaba en su hombro con los ojos mojados, él la miraba de reojo y le decía al oído: –No importa cuantas veces tropecemos, siempre vamos a levantarnos. Si hay amor, habrá siempre una oportunidad para empezar de nuevo.
- Leunam
Dime por favor donde no estás, en qué lugar puedo no ser tu ausencia, dónde puedo vivir sin recordarte, y dónde recordar, sin que me duel...
No hay comentarios:
Publicar un comentario